En 1973 asume como presidente en nuestro país Héctor Cámpora, quien deroga las normas sancionadas durante la dictadura militar (1966-1973), curiosamente no penalizadoras del consumo. Este paso atrás en la legislación puede atribuirse a la demanda de una “puesta al día” de la legislación nacional, promovida y reclamada por las diversas instituciones que comenzaban a ocuparse de la problemática del consumo y del tráfico de drogas.
Luego de la renuncia de Cámpora se convoca a elecciones en las que asume Juan Domingo Perón en su tercera presidencia (1973). En 1974 muere el General Perón y lo sucede la vicepresidenta, María Estela Martínez de Perón, quien presenta un proyecto de ley que se sanciona como ley 20.771, que penaliza la tenencia de drogas.
Lo significativo o novedoso de esta ley es que por primera vez se liga la pena con una medida curativa, es decir, se articulan los discursos jurídico y médico. Es la primera vez que se recomienda una terapia rehabilitadora, ya que el consumidor es considerado un “delincuente” a la vez que un “enfermo”. El artículo 9 de dicha ley expresa que:
"Cuando el condenado por cualquier delito dependiere física o psíquicamente de estupefacientes, el juez impondrá, además de la pena, una medida de seguridad curativa que consistirá en un tratamiento de desintoxicación adecuado y los cuidados terapéuticos que requiera su rehabilitación".
SEÑORES LEGISLADORES:
La supuesta despenalización del consumo de drogas es otra hipocrecia a las que tanto nos tiene acostumbrados. Esta legalidad del consumo, que busca proteger al consumidor con su despenalización y castigar a los responsables, no hará más facil una politica anti-narcotráfico. Pues será a la inversa, aparecerán más consumidores y más proveedores que verán en aquellos, un negocio redondo, dado el macro-volumen de dinero que mueve las drogas y el narcotráfico que ha consecuencia, crean bandas organizadas que pugnan por su dominio.
En los últimos años ha crecido en Argentina los niveles de inseguridad, la mayoria de estos casos producidos por sujetos con problemas de adicción. Los adictos a las drogas, con frecuencia se ven involucrados en el desorden público, conflictos raciales, marginación, etc.
Las reacciones violentas a las drogas llevan al usuario a cometer asaltos y asesinatos.
Para sostener el costo elevado del hábito, los usuarios recurren al delito.
Se destina gran parte del dinero a comprar drogas.
Los ahorros se agotan y suele aparecer endeudamiento y escazes de otras cosas.
Para nada es una solución viable a esta problemática lo que plantean señores legisladores.
Un sujeto con adicciones es un delincuente en potencia y un peligro para el orden público.
El consumo de drogas, constituye un problema de salud pública muy grave.
Legalizar el consumo es legalizar el delito, el crimen y el desorden.
¡ NO A LA LEGALIDAD DEL CONSUMO DE DROGAS !
¡ CASTIGO PARA TODOS !
M.N.P.
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