No para los militantes de pensamiento y acción. Tal vez lo sea para esos hombrecillos de turno, politicos empresarios amigos del despilfarro, enemigos de la aristicracia, de la tradición, de los orígenes, embusteros todos que no les importa que los de afuera tomen tierras y calles, y a los nuestros asesinen por dinero, a la vez que se nos echa mano a los bolsillos para mantener a los "nuevos argentinos".
Esta democracia... democracia a medias, democracia para unos pocos, es la madre de la adinamia a la que ha tenido que soportar nuestra Nación, y que, con cada desgobierno apátrida sérvil al poder mundial, continúa soportando.
Tenemos entonces abusos, corrupción, anarquismo, decadencia, favoritismos, politiquiería, enriquecimiento, ausencia de justicia, crímenes, destrucción de las fuerzas armadas y de seguridad, fraude, y tantos otros. El 6 Septiembre de 1930, José Felix Uriburu marcó el fin del deterioro de un sistema amparado en el pluralismo político para dar inicio al amanecer victorioso de la Revolución con un modelo de estado corporativo, pronciándose a favor de una democracia orgánica. Así, el 6 de septiembre biene a significar la segunda fundación y el renacer del arquetipo, del espíritu argentino. Hoy, no nos sorprenden los abusos, ni la corrupción, ni el anarquismo, ni la decadencia, ni los crímenes. Porque bien sabemos que la historia se repite, y que los Hombres de estirpe renacen en el tiempo para llevar con honor la prédica del Orden y la llama de un nuevo amanecer.
¿ Como debemos pensar entonces el presente y futuro de nuestra Revolución ? ¿ Cuales son las vías para un anciado y nuevo Día de la Victoria ?
Siempre en un vivir día a día como un 6 de Septiembre, con la mirada en aquel "mito movilizador" que fuera Uriburu y su acción restauradora de devolver Argentina a los argentinos, y en un vivir peligrosamente convencidos de que la Victoria Final está en nuestra Fe. ¡ Por la Tercera Fundación !
1 comentario:
Me parece aberrante esta publicación, porque quieren mostrar algo que no se va a repetir con las nuevas fuerzas armadas, porque tomar las armas y derrocar un presidente, todo en defensa de sus propios intereses (las fuerzas armadas hijos de la oligarquía, los oficiales eran hijos de la élite) y no de los interese de la nación. ¿No sería el pueblo quien debería hacer el cambio en vez del ejército?
Ese hombre que llaman Uriburu enseño al ejército a caminar a la plaza y después terminó en lo que terminó con los demás golpes.
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