Parece mentira pero, a esta altura, todavía hay algunos católicos (me refiero a los de la Tradición) que siguen sin comprender el problema político. No sabemos si es por pereza o qué, pero su desinformación y su desidia frente al tema político es alarmante. Y sus razones parecen esconder en el fondo algún grado de miedo para enfrentar al Régimen que nos ha sido impuesto en 1852 con la derrota de Caseros y fue reafirmado en 1982 con la derrota de Malvinas. Plantean cosas como “el mal menor”, por ejemplo, o cuestiones como que es mejor que alguien gobierne a que no gobierne nadie y haya anarquía, como si esto que tenemos no fuera una anarquía, a la cual nos ha conducido este Régimen liberal del sufragio universal y la soberanía popular, verdadero castigo de Dios. En el fondo no se dan cuenta, pero votando contribuyen a legitimar el régimen que no deja de asfaltar el camino que conduce a la peor de las tiranías y persecución a los cristianos.
Como si se tratara de acumular pecados veniales –total, se están evitando los mortales-, elección tras elección proceden a votar por el “mal menor” (porque evidentemente no hay ningún bien por el cual votar), mientras van cargando la bolsa de “males menores” que no dejan de demostrar que son una calamidad para la patria. Así, cuando el desastre alfonsinista, muchos dijeron: votemos al mal menor, votemos a Menem. Y vinieron diez años de oprobio. Luego, para que se vaya el gorila ultraliberal, optaron por el “mal menor” de De la Ruina, y así nos fue. En el caos, el “mal menor” de Duhalde lo trajo a Kirchner, y la gente, como mal menor ante Menem, prefirió a Kirchner, “total, pero que Menem no va a ser”. Vinieron diez años desastrosos. Ahora, para que se vayan los Kirchner, pretenden otro “mal menor”. ¿Adónde está el mal menor, nos preguntamos, si todo es el mismo mal mayor que destruye a la patria?
No faltará tampoco el que piense que es mejor votar a algunos candidatos que se han manifestado “pro-vida”, para de esa manera contrarrestar la avanzada “pro-aborto” en el Congreso. No se dan cuenta que el Sistema está hecho para permitir una pequeña oposición que no llegue a inquietar o entorpecer los mandatos mundialistas de ningún modo, como ya ocurrió con el tema del “matrimonio homosexual”. ¿O acaso logró impedirse? ¿Esperan otro acto con globitos naranjas y toda la tibieza del mundo? Decía Chesterton que la clave para que funcione el sistema de partidos es que en realidad haya un solo partido, y no dos. Así ocurre, si hay una oposición será tan nimia que para lo único que servirá es para legitimar las medidas anticristianas que desde allí se tomarán. De manera tal que el sistema nos diga: esto no es una dictadura, aquí se debate todo. Sí señor, se debate (en falsos debates) si se matan niños por nacer o si Dios existe o no, materias indebatibles porque la verdad no depende de la opinión humana ni del número. Pero, quien se somete a la democracia se somete a la verdad del número. Y entonces que se aguante.
Recibí hace poco un correo electrónico crítico contra este gobierno infame, pero en cuyo final se dice algo que muestra a las claras la confusión e incomprensión del problema. Y es grave viniendo de católicos tradicionalistas. Dice allí abajo que “el arma más potente que tenemos es el voto”. ¡Exactamente lo mismo que dicen los politiqueros! O como dice el imbécil de Scioli: "El acto más sublime de la democracia es el voto".
Si el voto es el arma más potente que tenemos para combatir el mal, estamos sonados... ¿O acaso no fueron los votos los que llevaron a esta canalla al gobierno? Así que ahora que no saben cómo hacer para seguir aguantando a los Kirchner, esperan que "el arma más potente" los ayude nuevamente...a instalar otra podredumbre. ¿Duhalde, el que estuvo con Menem y lo trajo a Kirchner, va a ser mejor? ¿Otra vez Alfonsín? ¿La gorda infame Carrió? ¿Un socialista como Binner? ¿Pero es que no piensan? Si el voto fuera "el arma más potente" para cambiar, ¿acaso el sistema nos invitaría constantemente a ir a votar? Y esa arma, ¿quién nos la ha dado? Nuestros enemigos, en primer lugar los ingleses tras la derrota de Malvinas. ¿Así que el enemigo nos va a dar el arma para combatirlo y nos va a obligar a ir a votar para echarlo del poder? ¡Qué generosos son!
Un católico no puede pensar ni suscribir que el arma más potente que tenemos para combatir es "el voto", el sufragio universal. Nuestra arma es la fe, la oración, la Palabra de Dios, el Santo Rosario, la Misa, la Verdad que no se encuentra en la democracia, una farsa absoluta, con o sin los Kirchner. Y contar con buena información, estudiar, prepararse, agruparse con los que tenemos a nuestro alrededor. Y evitar sobre todas las cosas el contacto con este sistema que es intrínsecamente perverso y anticristiano, como que es obra masónica y revolucionaria.
Un sistema que es como una gran bestia que cada cuatro años abre su boca para ser alimentada. Ese alimento son los votos, sin los cuales fenece. Pero hay católicos que no la quieren entender. Proponen votar a diversos candidatos “no tan malos”. Descubren al ir a votar que reconocen legitimidad al sistema y que el problema no está en éste sino en quienes lo integran y que por lo tanto cambiando las personas cambiará el sistema. ¡Increíble! Gente que escribe en blogs y sitios de internet que no se dan cuenta que, cuando el sistema defina que el aborto es legal deberán aceptarlo, porque ya han aceptado la legitimidad del sistema al ir a votar (no importa por quién).
Es cierto que San Pablo les dijo a los primeros cristianos que debían obedecer a las autoridades, pero obedecer a lo que es justo, no a lo injusto, y la ley que obliga a ir a votar es injusta, puesto que el sistema es per se inicuo y el sufragio universal y la soberanía popular van en contra de la verdadera representatividad y en contra de la verdadera soberanía que reside en Dios.
Por lo tanto no nos sentimos obligados a ir a votar el domingo ni ningún domingo en que el ídolo democrático quiera que lo inciensen. Nos sentimos obligados el domingo y todos los domingos a ir a Misa. Y nada más.
A continuación ofrecemos algunos textos esclarecedores que esperamos hagan reflexionar a algunos timoratos que sólo se dejan llevar por las teorías abstractas o los legítimos sentimientos de cansancio moral y repudio a determinadas personas.
Quien participe de este sistema anticristiano, que no venga después a gritar en procesión “¡Viva Cristo Rey!”, porque es ahora cuando debe hacerlo mediante el arma que al sistema más le duele: la abstención patriótica.
CONFERENCIA «EL «OTRO» JORGE MOTA» – Sábado 14 de diciembre
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Devenir Europeo organiza la conferencia: «El «otro» Jorge Mota», a cargo de
JC • Sábado 14 de diciembre a las 18:00 horas en Barcelona. A cargo de JC,
cama...
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